lunes, 4 de febrero de 2019



LA VOZ DE LOS OTROS VECINOS”




Resulta curioso que dentro del distrito de Ciudad Lineal (¡el del Jamón!) se localicen las 3 instalaciones más importantes dentro del sector funerario de Madrid: Tanatorio de la M-30, Cementerio de la Almudena-Civil-Hebreo y crematorio.

Dos de estos elementos, el mal llamado cementerio de Ntra. Sra. de la Almudena y el Crematorio municipal, se encuentran en uno de los 9 barrios del distrito: El barrio de Ventas. Compartiendo barrio y límite está la zona de La Elipa y el cementerio más castizo de Madrid: La Necrópolis del Este

La Elipa, ese señorío, que allá por 1212 fue bautizado por Miguel Ximénex de Luján como PHELIPA DE VARGAS, en honor a su mujer, es conocido en los madriles por ser el único barrio de Ciudad de Lineal que mantiene sus tradicionales fiestas (se celebran en el mes de septiembre) y por contar con una Asociación de vecinos “muy viva” que ha logrado reivindicaciones tan importantes como llevar el Metro al barrio de la Elipa, ¡¿será por la fuerza de la Dragona de su parque?!
Este madrileño barrio de la Elipa celebra sus fiestas junto a la necrópolis más grande de Europa, “La vida se celebra junto a la muerte”

Pero mi cometido no es hablar de La Elipa, sino de su vecino, del “otro barrio”, el que tiene censados casi el mismo número de “habitantes” que la propia ciudad de Madrid: nuestra necrópolis, la NECRÓPOLIS DEL ESTE.

Todos los pueblos, cuentan con su cementerio. Por Ley deberían de ser de carácter municipal y ser propiedad de sus ayuntamientos, aunque en realidad son muchas las localidades donde su cementerio, por distintos motivos, lo dirige “y se lo beneficia” la iglesia católica.
Mucho podremos hablar de los cementerios, -yo prefiero llamarlos necrópolis-, desde sus “habitantes”, a la arquitectura funeraria, su simbología, su patrimonio natural, histórico, artístico, cultural….Desde estas líneas y en próximos números los  iremos conociendo, principalmente a nuestro centenario vecino: LA NECRÓPOLIS DEL ESTE”.

Traspasar el pórtico de entrada de nuestra necrópolis es adentrarse en la otra ciudad de Madrid, es viajar del presente al pasado. En unos casos para recordar a seres queridos con tristeza por su perdida, en otros con la alegría y el honor de haber convivido con ellos, cada persona tiene su particular concepto de duelo.

Respetando su función principal, la de darnos última morada, los cementerios son mucho más. Son un preciado legado de nuestros antepasados. Escrita en piedra podemos leer la historia de nuestro País a través de sus habitantes y sus historias, en nuestra necrópolis, por ser el cementerio de la capital, podemos encontrar a nuestros antepasados más representativos en todos los sectores de nuestra sociedad.

Por nombrar a algunos de “nuestros vecinos” más conocidos: 2 Premios Nobel españoles: Vicente Aleixandre y Ramón y Cajal; 3 de los Presidentes de la I Republica Española: Pi Margall, Estanislao Figueras, Nicolás Salmerón; músicos y cantantes como Lola Flores, su hijo Antonio, Cecilia, Joaquín Turina…; artistas como Lina Morgan…; escritores como Pio Baroja, Pérez Galdós, Dámaso Alonso…; importantes políticos de “todos los colores”: Pablo Iglesias, Tierno Galván, Calvo Sotelo, Millán Astray…; deportistas, toreros, pintores, arquitectos, inventores, empresarios, héroes de guerras, victimas de trágicos sucesos, famosos de la sociedad rosa…

Un lugar donde “abajo” conviven personas de todas las ideologías, razas, religión y opinión, aunque “arriba” quedan algunas heridas abiertas y mucho trabajo que realizar en pro de la reconciliación y Memoria Histórica, laicismo y libertad de expresión.

Pasear por la Necrópolis del Este es recorrer una enciclopedia al aire libre, respirando la paz de sus 120 hectáreas llenas de su centenaria vegetación propia, donde se pueden admirar verdaderas joyas arquitectónicas en sus panteones y preciosas esculturas, algunas bellezas de autores anónimos y otras obras de artistas reconocidos como Benlliure. Un lugar que nos llenará de emociones al conocer las miles de historias que sus lapidas nos pueden relatar, embargándonos de sensaciones y apartándonos conocimientos.

Nuestra Necrópolis del Este es un legado muy valioso poco conocido pero abandonado durante muchas décadas por las instituciones. Es necesaria una urgente protección que lo conserve para futuras generaciones. Por ello, la Asociación Cementerios solicito en 2016 el reconocimiento la misma como Bien de Interés Cultural.

Conocer esta Necrópolis, la más grande de Europa, es importante para cualquier persona que se precie de conocer nuestra historia, nuestra cultura y nuestro arte.
“Ellos y ellas” merecen ser visitados,  conocidos y protegidos, para esta humilde cronista será un honor guiarles en visitas virtuales desde estás paginas.

                                                                               Paloma Mª García-Zúñiga
                                                                               “Cronista de cementerios”





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